En las imágenes que circulan hoy de la caravana migrante centroamericana, vimos un hombre joven con un bebé de meses en brazos, cruzando el río Suchiate, que divide Guatemala y México. La imagen de un futuro cargado en brazos en medio de una corriente que nos mueve los cimientos y que intenta frenar nuestro paso, es más que una metáfora de lo que ha pasado en Centroamérica en los últimos meses.
Las tendencias actuales nos dicen que el presente está amenazado por la llegada de los fundamentalismos al poder, cierre de espacios cívicos, criminalización, persecusión y asesinatos de personas defensoras de derechos humanos y de la naturaleza. Los derechos de las mujeres, de las comunidades indígenas y de las personas defensoras están en peligro. En varios países, el Estado de derecho parece ser cosa del pasado y el futuro no se ve muy diferente.
La región más desigual del mundo
La desigualdad se respira y se palpa: Latinoamérica es la región más desigual del mundo y Centroamérica es una perfecta representación de esa desigualdad. Guatemala, Nicaragua, El Salvador y Honduras luchan por derechos básicos contra gobiernos cada vez más dictatoriales. Costa Rica lucha para sacudirse las olas de xenofobia y el fundamentalismo en el congreso de gobierno y en su futuro político.
Desde Hivos llevamos 4 décadas trabajando por soluciones que nacen de las mentes y corazones de las personas que encabezan los cambios. Por eso, nos involucramos a co-organizar un gran debate sobre Centroamérica en Holanda este primero de noviembre liderado por personas clave de ambos continentes. Como contribución, quisimos responder a la pregunta desde nuestras voces expertas: ¿Qué podríamos hacer en conjunto para frenar la crisis que aqueja a la región?
Seis medidas para frenar la crisis centroamericana
- Proteger a quienes nos protegen: Hacer una reflexión urgente y evaluar los mecanismos de protección y seguridad para personas defensoras de derechos humanos en la región. Estos mecanismos no son respetados y mucho menos implantados por los Estados.
- Conectar a las personas correctas: Impulsar la articulación y apoyar las estrategias conjuntas de las organizaciones de defensa de los derechos humanos y de medios alternativos, como se ha hecho a través de nuestro programa de derechos humanos Nexos con más de 40 organizaciones socias.
- Actuar y aglilizar procesos: Aumentar la capacidad de respuesta que desde la cooperación se debe dar a la crisis humanitaria que estamos viviendo, en medio de gobiernos que violan todas las legislaciones firmadas, aceptadas a través de acuerdos internacionales de Naciones Unidas.
- Estudiar, educar y educarse: Muchas corrientes religiosas fundamentalistas y personajes con discursos y acciones anti-derechos humanos han llegado al poder de países grandes como Brasil o Estados Unidos gracias a la desinformación. Para hacer un contra-peso, es importante educar a la población en verificación de datos, libertades, civismo y democracia, entre muchos otros temas. El mejor aliado para los derechos humanos es la educación.
- Poner a las personas primero: Sin importar dónde estemos en el mundo o qué idioma hablemos, pensemos que la desigualdad, la crisis y la pobreza atañe a personas. Pongamos a las personas primero, denunciemos, indignémonos, movilicémonos y actuemos. La crisis centroamericana es también un reflejo de una crisis de humanidad.
- Cambiar cómo lo decimos: Por último, para frenar la crisis centroamericana es importante ver cómo estamos abordando el tema y si es posible, hacer cambios en esa narrativa. Esto podría abrir puertas a dialogar con personas que piensan distinto, entendernos mejor y ganar aliados y aliadas en la lucha por los derechos humanos.
No hay fórmula mágica
No hay una fórmula mágica para solucionar la crisis migratoria de Centroamérica. La unión de las buenas voluntades y de las personas de pensamiento humanista pueden sacar a la región del atolladero en el que está. Las organizaciones de derechos humanos, los medios alternativos y los movimientos sociales ya están poniendo todo, incluso la vida, para poder asegurar un futuro para la región. Ahora es el turno del resto de la humanidad.
Y ustedes, ¿Qué están haciendo para ayudar a frenar la crisis de Centroamérica?